Personaje mitológico Baba-Yagá
Existe cuento popular ruso que resalta la historia de una bruja malvada llamada Baba Yagá. Se trata de un relato tradicional eslavo cuyo origen se pierde en los albores de los tiempos y que deja ver la riqueza de la cultura ancestral rusa.

¿De qué trata el cuento de la bruja Baba Yagá?
El relato describe las aventuras que vive una niña campesina por culpa de una cruel madrastra que la envía hacia la bruja Baba Yagá para que ésta se la coma, pero afortunadamente consigue amigos que le ayudan a superar los obstáculos.
El relato empieza de esta manera:
Vivía en otros tiempos un comerciante con su mujer. El hombre enviudó y se volvió a casar, pero de su primer matrimonio le había quedado una niña. La madrastra, envidiosa de la niña, la maltrataba y siempre estaba pensando en cómo deshacerse de ella.
Un día en que el padre tuvo que hacer un viaje, la madrastra dijo a la niña:
—Ve a casa de mi hermana y pídele hilo y aguja para hacerte una camisa.
Pero la hermana de la madrastra era la bruja Baba Yagá pata-de-hueso…
Luego se van sucediendo una serie de eventos en los cuales llega a apreciarse una rica imaginación y se realzan valores como la constancia y la valentía, pues la niña con la ayuda de varios recursos y siguiendo algunos consejos va superando un conjunto de obstáculos.

¿Cuándo fue escrito el cuento de la bruja Baba Yagá?
No se tiene certeza sobre la fecha de creación de este cuento popular ruso, solo se sabe que fue a mediados de 1800 cuando Aleksandr Nikolayevich Afanasiev, el mayor folclorista ruso, lo recopiló junto a otros cuentos del acervo cultural.
Aleksandr Afanasiev entre 1855 y 1863 recopiló ocho volúmenes donde incluyó 680 cuentos tradicionales rusos. Entre los cuentos más conocidos, además del de Baba Yagá, se encuentran el Soldado y la muerte, la leyenda de Marya Morevna, Basilisa la hermosa…
Realmente fue un trabajo arduo el realizado por Afanasiev debido a que diversas circunstancias se combinaron para casi hacer desaparecer estas ricas tradiciones orales anteriores a la Rusia zarista.
Específicamente, todos estos fabulosos relatos de la Vieja Rusia fueron recopilados por Afanasiev a través de un gigantesco recorrido por muchas de sus provincias, y para lo cual tuvo que superar muchos obstáculos.

¿Cuáles obstáculos tuvo que enfrentar Aleksandr Afanasiev para recopilar los cuentos de la Vieja Rusia?
Precisamente uno de los obstáculos que hubo que superar para el rescate de este legado cultural era el hecho de estos cuentos eslavos eran de tradición oral únicamente, es decir, nunca habían sido escritos, y habían pasado de generación a generación a través del habla.
Otro factor que puso en riesgo de perderse algunas de las narraciones orales del pueblo ruso fueron las reformas llevadas a cabo por el zar Pedro I El Grande.
Específicamente, las expectativas progresistas del zar conllevaron a dejar de lado la Rusia tradicional y que se adoptara peligrosamente un estilo de vida europeo. De hecho, hubo una época en la que la nobleza rusa hablaba preferentemente francés y solo hablaban ruso las clases media-baja.
¿Qué rasgos resaltan de estos cuentos orales?
Uno de los rasgos más interesantes que llega a notarse en cuentos como el de La bruja Baba Yagá son esas expresiones folclóricas que con el correr de los años han caído en desuso, pero que hablan muy bien del respeto hacia valores como el amor familiar.
Por ejemplo, en muchos cuentos se encuentran palabras vinculadas al amor tradicional a la familia, por ejemplo, Mátushka, que significa madrecita o mamita en ruso, así como Bátiushka que es el equivalente a padrecito.
También se hace referencia a palabras que identifican el modo de vida rural en Rusia, como cuando mencionan a Isba o isbá para referirse a la típica vivienda campesina rusa que se construye con troncos.
¿Cómo culmina este cuento popular ruso?
Como algo propio de las historias de finales felices que caracterizan los cuentos de brujas, hadas y princesas, el cuento de Baba Yagá culmina con el escape de la niña campesina y el descubrimiento de la maldad de la madrasta:
Específicamente, el cuento termina de la siguiente forma:
—¿Dónde has estado? —le preguntó el padre.
—¡Ay, bátiushka! —le contestó—. La mátushka me mandó a casa de su hermana a pedirle hilo y aguja para hacerme una camisa. Pero la tía es la mismísima bruja Baba Yagá, que quiso comerme.
—¿Cómo has podido escapar de ella, hijita?
La niña le contó todo como había pasado, y cuando el padre se enteró de la maldad de su mujer, la echó de su casa.
El padre y la hija vivieron muchos años felices y contentos, sin que les faltara nada. Yo estuve allí, comí, bebí, el hidromiel me corrió por el bigote, pero no me entró nada en el gañote.
En fin, se trata de un cuento tradicional ruso que ha pasado de generación en generación y que demuestra como la cultura popular en la Vieja Rusia tiene sus grandes encantos.
